13 Ene CÍRCULOS DE PAZ
Gladys Eugenia Dalsaso Arauz
Mediadora, Abogada, Notaria Pública. Máster en Estudios de la Violencia Social y Familiar, Coordinadora de Parentalidad, Diplomada en Negociación y Mediación en las Organizaciones, Maestría en Mediación y Gestión de Conflictos Interdisciplinares en fase de TFM.
Certificada en Círculos de diálogo y Prácticas Restaurativas; Formadora de mediadores jóvenes y adultos. Docente universitaria. Embajadora de FIMEP Costa Rica. Miembro de la Red Internacional Mujeres de Paz y de las Comisiones RAC del Colegio de Abogados(as)
Palabras claves: Círculos de Paz, construcción de paz, Escucha compasiva
Espacio de Escucha y construcción de relaciones
Si al hablar de Mediación aún recibimos miradas de asombro y escepticismo
¿Cuánto más al presentarnos como facilitadores(as) de Círculos de Paz?
“Los prejuicios, que sin querer nos acompañan y nublan nuestra visión, en ocasiones nos impiden ingresar a espacios enriquecedores de aprendizajes que pueden transformar nuestro destino y el de los que nos rodean”. Gladys Dalsaso Arauz
En un mundo donde se normaliza la desigualdad, las relaciones verticales, el poder del control, la violencia, hablar de espacios de escucha compasiva y construcción de paz a través de Círculos de Paz, puede verse tan irreal y utópico como esperanzador.
La mención de “rituales ancestrales”, así como el adjetivo de “mágicos” a los círculos podrían hacernos pensar que carecen de fundamento teórico o efectividad para el abordaje de los problemas actuales.
No obstante, en mi vida las respuestas a mis interrogantes de cómo prevenir las violencias llegaron a través de la Mediación, con una mirada diferente de abordaje de los conflictos inherentes al ser humano y se convirtió en una pasión, una forma de vida. Como complemento, me sedujeron los Círculos de Paz quedando atrapada en un «espacio seguro y sanador» de acompañamiento y transmisión de saberes ancestrales desde la escucha compasiva y respeto al ser humano.
Así me atrevo a afirmar que si anhelamos intensamente algo
tarde o temprano nos alcanza.
¿Por qué los Círculos de Paz?
Porque se fundamentan en la bondad, en la igualdad, en la escucha y el respeto a las emociones y pensamientos del ser humano, en la creencia de que «todo grupo tiene la suficiente sabiduría colectiva para resolver sus problemas, siempre y cuando exista un espacio seguro, para que todos y cada uno puedan expresar sus más profundas verdades”. Kay Pranis.
¿Qué son los círculos de paz?
¿un arte? ¿una sabiduría ancestral que renace en la actualidad? ¿magia?
Ciertamente NO son conferencias, ni charlas, ni sesiones de enseñanza dirigidas por expertos, ni coaching, ni terapia, ni Mediación. Tampoco son magia, aunque sí parecen “mágicos” y vivenciarlos es disfrutar de una obra de arte conjunta que tiene sus raíces en prácticas ancestrales.
Un círculo es «una práctica restaurativa versátil, que puede usarse de manera proactiva, para desarrollar relaciones y generar comunidad o de manera reactiva, para responder a las conductas indebidas, a los conflictos y problemas.» Ted Wachtel, IIRP
Human Partner los describe como conversaciones en donde todos los participantes, por turnos tienen voz y son escuchados compasiva y respetuosamente, dentro de un encuadre conjunto y común de valores construidos por ellos mismos; creando un espacio seguro y solidario que permite sostener una conversación genuina, significativa, inspiradora y restaurativa. Se caracterizan por ser espacios de consenso donde todos son visibles e invitados a participar en igualdad de condiciones, sin ningún tipo de privilegios.
Hay diferentes tipos de círculos: de paz, de celebración, de diálogo, de duelo, educativos, familiares y otros, según su finalidad. Por su versatilidad pueden ser implementados con resultados asombrosos en los ámbitos comunitario, penal, laboral, educativo, familiar, organizacional, vecinal e internacional. Todos ellos con la característica de que la sabiduría surge no del facilitador (a), sino del círculo mismo.
¿Por qué En círculo?
“Todo lo que hace el indio lo hace en círculo, y esto es porque el Poder del Mundo siempre actúa en círculos, y todas las cosas tienden a ser redondas.” Alce Negro (Sioux Oglala)
Los círculos son representativos de las creencias de comunidades donde “ellos son de la tierra”, siendo “el amor a la madre tierra un valor ancestral”. Los mapuches, mapu: tierra, che: gente, “gente de la tierra” no separan el universo de la naturaleza porque son parte de ella” (Del Val, p.2, 2012). En los círculos todas las personas son iguales, no hay jerarquías, no hay donde esconderse, todos tienen derecho a expresarse, a escuchar y a ser escuchados y como comunidad crean entre todos los valores que regirán el círculo que abordará el tema que se considere importante en ese momento.
Siendo parte de la tierra y manifestándose ésta a través de círculos, al causarse un daño, éste se causa a toda la comunidad, que a su vez está en la obligación de restaurar a las personas que han incumplido las normas sociales para volver al estado de equilibrio social y de la tierra. (Human Partner, 2020 y Del Val, p.2, 2012).
¿En qué sentido son mágicos los Círculos?
Son “mágicos” porque es difícil explicar las vivencias de acompañamiento y respeto que se experimentan. Lo inexplicable nace de prácticas ancestrales y rituales significativamente conectadas desde el amor, la conversación sincera, respetuosa y la escucha compasiva.
Son espacios seguros y voluntarios de escucha activa (no consejería); reflexión (no adoctrinamiento); conexión con la bondad intrínseca de todo ser humano; construcción de consensos (no de debate); absoluto respeto y confidencialidad; construcción de relaciones de manera consciente; conexión a través de conversaciones sinceras; transformación sanadora por medio de la escucha compasiva y respetuosa de los otros(as); aceptación sin juzgamiento; crecimiento individual y comunitario; cuidado al otro (a) y no de cuidarse defensivamente del otro(a); construcción de valores en comunidad; acompañamiento en procesos de duelo o trauma.
Su “encanto» proviene de la metodología milenaria de estas prácticas. Dividida en etapas, cada una indispensable para la consecución del círculo, están impregnadas de simbolismos que los transforman en espacios seguros de conversación: las ceremonias de apertura y de cierre, el dador de la palabra, totem o pieza de diálogo, la construcción de valores consensuados, las actividades y las rondas de preguntas (secuenciales o no) de habla y escucha.
Su diseño requiere un profundo discernimiento de cada caso y presupone un serio compromiso por parte del facilitador (a) y co facilitador (a) con su formación integral en la adquisición de «herramientas” y «habilidades», así como en una responsable y constante preparación que trasciende la facilitación de un círculo, asumiendo el reto de incorporar los principios a todos los ámbitos de la vida hasta que el Hacer se convierta en SER.
La “magia” del círculo está en la construcción de relaciones significativas de manera consciente que satisfacen las necesidades de todo ser humano de ser aceptados (as), escuchados (as), amados (as). Lo que los convierten en espacios de restauración y sanidad para todas las personas que participan voluntariamente en ellos.
Dedicado a la memoria de Irene Sendín, a su abrazo del alma, a su amoroso cuidado,
que me permitieron facilitar un círculo de celebración
en las VIII Jornadas Nacionales de Mediación, Zamora, España, 2022
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